Natalia, Journalismus-Studentin in Bogotá, Lazos-Geförderte und Autorin des Artikels
Im Rahmen ihres Journalismus-Studiums schrieb unsere Geförderte Natalia (unten im Bild zu sehen) einen Artikel über die aktuellen Entwicklungen in Kolumbien bezüglich der Umsetzung des Friedensvertrags. Dabei berichtet sie hautnah vom Protest in Bogotá und der Geschichte eines Friedenskämpfers aus den Reihen der zahlreichen Opfer des bewaffneten Konflikts in Kolumbien, die oft nur wenig Gehör finden. Diesen spannenden Einblick wollen wir euch natürlich nicht vorenthalten. Hier findet ihr die Originalversion in Spanisch, bald folgt darunter auch unsere deutsche Übersetzung.
Kurz zur thematischen Einführung: Nachdem vor einigen Wochen die Ernennung eines neuen Leiters des Nationalen Zentrums für Historisches Gedächtnis (Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH) durch den Präsidenten Duque bereits für Aufruhr sorgte – viele Organisationen sehen in ihm eine Gefahr für die Aufarbeitung der Geschichte des Konflikts, da er die Existenz des bewaffneten Konflikts leugne -, verursacht nun eine weitere Entscheidung Duques Proteste. Er legt ein Veto gegen die Sonderjustiz für den Frieden (Jurisdicción Especial para la Paz, JEP) ein. Die Sonderjustiz stellt jedoch einen wichtigen Teil des Friedensabkommens dar, das Ex-Präsident Santos und die FARC 2016 vereinbarten. Mehr dazu in Natalias Artikel:
El pasado 10 de marzo del año 2019 el presidente de derecha, Iván Duque declaró 6 objeciones a la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz), recordemos que la JEP es un sistema integral de verdad, justicia y reparación que está vigente en Colombia desde el 2017 con la implementación del Acuerdo de Paz; las objeciones del presidente amenazan la efectividad y transparencia en la reparación de las víctimas del Conflicto Armado y en la extradición de quienes deben rendir cuentas a la ley por sus crímenes de lesa humanidad en la historia de Colombia.
A partir del anuncio del presidente diferentes grupos de izquierda, defensores del Acuerdo de Paz y de la JEP se han manifestado por preservar intactos los acuerdos hechos en el Gobierno del ex presidente Juan Manuel Santos.
Andariego de la Paz
Por. Natalia Ramírez Amado
13 de marzo del 2019, en protestas por la defensa de la JEP, Por. Natalia Ramírez Amado
Oscar Salazar tiembla mientras sostiene una pancarta que dice ‘’ Si es por las víctimas y por la paz, cuenten con nosotros, apoyamos a la JEP’’, parece un hombre frágil, por lo viejo y lo flacucho, sin embargo, en plena Plaza de Bolívar, punto de encuentro de la mayoría de protestas bogotanas, este hombre parece llamar la atención de las cámaras; le piden una entrevista, una foto, o una sonrisa, pero nadie se fija en que el hombre tiembla, que va de un lugar a otro repartiendo volantes, tiene pinta de andariego, todos lo saludan pero nadie parece conocerlo realmente.
Es 13 de marzo del año 2019, diferentes organizaciones se reúnen en la puerta de la Catedral Primada con un altavoz rústico y una energía que desplaza el ocio de la palomas capitalinas, son minorías que no alcanzan a llenar la plaza, pero que llaman a los curiosos, a los que apoyan cualquier frase en la que se insulte a Uribe, hay que buscar con detenimiento algo diferente al populista de izquierda que esboza una esperanza sin sentido por las repeticiones, tal vez ir más allá del oportunista que vende camisetas con el logo de un cerdo representando a nuestro querido presidente, si se desplazan las cámaras y los celulares como abriendo los vidrios de una ventana encontramos a las víctimas, no al mamerto de redes sociales, encontramos a Oscar Salazar.
El flaco no tiembla por los nervios, es que el cuerpo añejo ya no le aguanta tanta energía, al mirarlo no se podría adivinar que fue víctima del Conflicto Armado en la región del Urabá hace más o menos 20 años; él, hombre del campo que fue concejal por la Unión Patriótica, también miembro del comité de Derechos Humanos, líder agrario de su región apostó por nuestro país; todo lo anterior en los tiempos en los que tuvo que dejar a su familia por las amenazas, por querer seguir con la lucha, y hoy… Es una figura que defiende el Tratado de Paz de la Habana, ese mismo al que Duque ya le echó la mano.
Este hombre no se deja descifrar fácilmente, nadie imagina un mirada tan serena y transparente cargando una historia tan dura, ‘’Sufrí los atentados en la región, me tocó salir, me negué a salir al exilio porque considero que la lucha es aquí en Colombia y no traspasando fronteras, la lucha que estamos dando las victimas es hoy, es verdaderamente por una paz con justicia social donde los colombianos tengan reconciliación nacional’’
Cuando Duque salió a objetar la JEP se supo lo que ya se sabía, había que generar resistencia; el flaco llegó a la Plaza a reclamar por la no comparecencia de terceros ante la JEP, por la extradición, por el caso de Jesús Santrich, por todas esas noticias que mencionan superficialmente, en las que difícilmente se interesa el colombiano promedio.
Basta quedarse mirándolo a los ojos para aprender que la serenidad también reclama, él sufre sin lágrimas por esa guerra que lo separo de su familia y le regaló la imposibilidad de vivir con sus propios hijos, porque el reclamo de hoy y de ayer e incluso de mañana sigue siendo el mismo; transparencia en los acuerdos para una paz verdadera.
Oscar deja la pancarta que entretiene a los medios de comunicación y vuelve a repartir volantes,” Ofelia se ahoga en sus penas” así se titula la obra de teatro de la publicidad que reparte, con cualquier transeúnte aprovecha la oportunidad para presentar a la artista de la obra, la mujer del cabello de fuego y los faros en la mirada, su compañera.
Lindo, lindo no es, dice mientras lo mira con ternura, pero yo lo amo, remata con la sonrisa; luego se ven juntos, dándose a las personas que no conocen y defendiendo su causa; son cuerpos vulnerables con las ideas al rojo vivo, ellos no insultan al Centro Democrático, ni se creen intelectuales hablando de política, ellos cuentan su historia de amor a quien pregunte, a quien deje los audífonos y los escuche.
Para Patricia, él es su compañero sentimental porque el cuento de novios se quedó para los viejos tiempos, los actuales mencionan el trabajo que ambos realizan con las víctimas; ella es defensora de los derechos humanos, le ha salido barata, ha sido amenazada y atropellada, su familia ha recibido ofensas, su arte no es del gusto de todos, ni su trabajo sobre los falsos positivos, ni la memoria sobre los sobrevivientes de la UP, le ha salido barata… pensarán los asesinos de líderes sociales, al menos sigue viva.
“La misma gente nos protege, cuando tienes a favor el trabajo con las comunidades, las masas respaldan lo que haces porque es un trabajo integro, ellos nos defienden porque aquí no hay garantías.”
Patricia tiene 4 hijos y es rola, Oscar tiene 2 hijos y es de idiosincrasia campesina, se enamoraron peleando por lo suyo; lo que la enamoró de Oscar fue la consecuencia, porque a pesar de que proviene de un contexto campesino, es un hombre que en su lucha ha sido íntegro y lo que dice lo practica, ellos son de esos amores de película, donde la edad o el origen se pierden en el valor de estar juntos.
Estas son las voces que no escucha el Presidente de la República, son historias que se pierden en las cifras de líderes sociales asesinados; en medio del caos que vive Colombia actualmente, después del sufrimiento, de las amenazas, es interesante pensar que los impulsa a seguir luchando. Oscar sabe cómo se trabaja con la gente y que es verlos a los ojos y sentir que eres la única esperanza sin que tú la seas… Al tiempo su compañera no tiene corazón para irse sabiendo que puede hacer algo por muchas personas, cuando sus hijos pueden estar bien y seguros en otro lugar, ninguno de los dos puede elegir comodidad sobre justicia.
Es ocaso en la ciudad de Bogotá, la gente empieza a irse, y queda la imagen de aquel hombre vestido de blanco que después de besar a su compañera de vida vislumbra el horizonte y vuelve a levantar la pancarta, esta vez sin temblar; mira al Congreso como diciéndole al presidente ‘’Lucho por el territorio y la defensa del mismo, por eso estoy aquí apoyando a la JEP, para decirle a Duque que las victimas respetamos y hacemos despertar la JEP.’’
Un tinto en la esquina de la Plaza de Bolívar, una conversación entre amigos; el silencio que se escapa, y vuelve el viento de la ciudad susurrando el insaciable aliento de las víctimas.
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